Aunque tú no te tomes la vida en serio, la vida te toma en serio a ti”, y te toma en serio porque periódicamente te saca de tu zona de confort, enfrentándote a nuevos retos que logras superar en la medida en la que desarrollas nuevas cualidades o habilidades, en respuesta a la presión.
Plantarse o rendirse es una opción, crecer, madurar y evolucionar bajo la inevitable presión de las circunstancias, otra.
No importa el tipo de reto al que nos enfrentemos, o cómo hemos llegado a esa situación, lo que importa es si podemos, o no podemos, cambiar las circunstancias que nos ha tocado vivir.
Cuando las circunstancias nos vienen impuestas, la mejor opción es identificar las cualidades o habilidades que debemos desarrollar para superar esa situación en el mejor estado posible.
El confinamiento que estamos viviendo en la actualidad, supone un reto en sí mismo en la medida en la que nos deja solos frente a nosotros mismos, sin que el trabajo, las compras, o una vida social intensa, nos permitan evadirnos de nuestra propia realidad interior.
Ésta situación, que muchos califican como extremadamente desagradable, contiene en sí misma un enorme potencial de transformación y de crecimiento, siempre que logremos identificar las habilidades psicológicas que debemos desarrollar para afrontar ese reto positivamente.
Comprender que nuestro grado de bienestar psicológico no solo depende de lo que sucede fuera, sino de cómo gestionamos la realidad que nos toca vivir, ya es un paso muy importante.
Cuando la vida nos deja solos frente a nosotros mismos, tienden a invadirnos automáticamente, y a menudo contra nuestra voluntad, las experiencias más dolorosas del pasado, o nuestros miedos más importantes en relación al futuro, arruinando la calidad de nuestro presente.
Esto es debido a que la actividad de nuestro cerebro no persigue la felicidad, sino la supervivencia, y cuando la atención no se encuentra focalizada en un asunto concreto, por defecto, el cerebro rememora, o trata de predecir, cualquier posible amenaza.
Utilizar la experiencia positivamente para tratar de anticipar el futuro, es muy necesario, y disponer de la necesaria autocrítica para evaluar objetivamente nuestros propios resultados, también lo es.
El problema surge cuando el recuerdo, la anticipación y la autocrítica tienen lugar automáticamente, sin que tengamos la intención de recordar, de anticipar, o de evaluar nada, pero no logramos parar la cabeza y nos sentimos fatal.
Cuando eso sucede, podemos llegar a convertirnos en víctimas de nuestros propios pensamientos.
La clave del bienestar psicológico se encuentra en la capacidad individual para controlar la propia atención, impidiendo que los automatismos cerebrales nos arrastren, en el momento más inoportuno y contra nuestra voluntad, a las experiencias más dolorosas del pasado, o a los futuros más aterradores, por improbables que éstos sean.
La clave de la gestión emocional no está en huir de los conflictos emocionales ni de los propios miedos, sino en entrenar la atención para poder observar cada uno de ellos pausadamente, y para elaborarlos progresivamente, cuándo, dónde y al paso que cada uno pueda.
Como he dicho anteriormente, la capacidad de evaluar nuestros propios resultados, y en definitiva la crítica constructiva, es muy importante para superarnos día a día, pero cuando la crítica es automática, involuntaria, y despiadada, puede acabar con nuestra estabilidad psicoemocional.
Unos más, y otros menos, todos nos enfrentamos ocasionalmente a una voz interior crítica, automática y destructiva que socaba nuestro bienestar psicológico: “esto es demasiado para mí”, “no lo voy a conseguir”, “total, ¿para qué?”, “soy un perdedor, o una perdedora, ni lo intento”, “no tengo futuro”, “nunca voy a llegar a nada siendo tan gord@, flac@, alt@, baj@… etc.
La propia realidad cambia cuando se logra observar esa voz, y reconocerla a tiempo antes de que acabe con las propias fuerzas, con la motivación y con las ganas de superar cualquier reto al que nos enfrentemos.
Aprovechar el momento que nos ha tocado vivir para desarrollar nuevas habilidades psicológicas, no solo va a incrementar nuestro bienestar y calidad de vida en el presente, lo hará el resto de nuestras vidas.
Podéis empezar, desde hoy, a entrenar vuestra atención con una práctica sencilla de escáner corporal que encontraréis como práctica de iniciación gratuita en mi web.
Nada mejor que las sensaciones físicas para entrenar la propia atención y lograr que ésta permanezca focalizada en el momento presente.
Al principio no os resultará fácil, porque os vendrán pensamientos de forma involuntaria a la cabeza.
Es normal, y debéis dejarlos pasar sin pensar que estáis haciendo algo mal, pero sin engancharos en una cadena de pensamientos. Si os distraéis cien veces, cien veces volvéis a focalizar la atención. Solo sale mal la práctica que no se realiza.
Día a día os haré llegar información para que avancemos juntos.
Suscribiéndose acepta expresamente la Política de Privacidad y recepción de comunicaciones electrónicas
2 Comments
Deja un comentario
Marta
Detrás de todo lo q vivimos hay un gran aprendizaje. Muchas gracias por este post.
Jaime
Como siempre,muchísimas gracias Carmen y ojalá pase pronto y con no muchas más víctimas esta difícil prueba,que me temo que tiene una segunda parte nada fácil, pero que con estas pautas será más llevadero.
Comentarios cerrados