“La emoción es el fuego alquimístico, cuyo calor es lo que lo hace aparecer todo, y cuyo ardor quema todo lo superfluo, y es también, por otro lado, ese momento en el que el eslabón golpea sobre el pedernal y se produce una chispa: la emoción es la fuente madre de toda conciencialización. Sin emoción no se produce transformación alguna de las tinieblas en luz, y de la inercia en movimiento.”
C.G Jung
En el pasado, se relacionaba la conciencia exclusivamente con la actividad cerebral. Hoy día esa creencia está cambiando.
El nuevo campo de la Neurocardiología, muestra que el corazón es un órgano sensorial, y un centro muy sofisticado que recibe y procesa información.
El corazón contiene un sistema nervioso “independiente”, con más de 40.000 neuronas y una compleja red de neurotransmisores y células de apoyo.
El corazón toma decisiones al margen de la corteza cerebral, y puede aprender, recordar e incluso percibir, condicionando la experiencia subjetiva y las reacciones, al margen del cerebro.
Se ha demostrado que el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, y 5000 veces más intenso que el del cerebro.
Annie Marquier, referente en la investigación de la conciencia, ex profesora en la Sorbona, y fundadora del Instituto para el Desarrollo de la Persona en Quebec, afirma que el campo electromagnético del corazón, se extiende de entre dos a cuatro metros, lo que permite a los que nos rodean recibir la información energética de nuestro corazón.
Según afirma Marquier, el corazón es el primero en tratar la información, que posteriormente se dirige al cerebro.
Ese campo electromagnético, cambia con los estados emocionales. Cuando sentimos miedo, estrés o frustración, el campo electromagnético del corazón se vuelve caótico.
La actividad del campo electromagnético del corazón se relaciona estrechamente con la intuición.
La capacidad individual para encontrar soluciones creativas, o para llegar a conclusiones revolucionarias, se relaciona muy estrechamente con el estado de ese campo electromagnético.
La conclusión de Marquier, es que el amor del corazón no es solo una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
Algunas emociones pueden considerarse auto destructivas ya que, además de arrebatar la paz interior, distorsionan el campo electromagnético del corazón, y en consecuencia bloquean el proceso intuitivo y la facultad de llegar a conclusiones creativas.
Muchas tradiciones espirituales milenarias, han hecho de la introspección una herramienta fundamental para detectar y afrontar positivamente ciertas cargas emocionales que podrían calificarse como emociones “parásitas”.
El fin último de esas tradiciones era ayudar al individuo a alcanzar la sabiduría tras liberarse de esas cargas, optimizando así su potencial intuitivo, cuya manifestación culminante fue denominada en el pasado iluminación.
El sol siempre brilla detrás de las nubes más negras, y en todos los corazones luce el sol, por muy negras que sean las nubes que impiden ver su luz.
No podemos evitar vivir sucesos adversos, pero podemos elegir como responder internamente a ellos.
Negarse a que emociones como la envidia, los celos, la soberbia, la avaricia, el odio, etc., se hagan fuertes en el propio corazón, es la clave del bienestar y optimiza la expresión del propio potencial creativo.
En occidente, la educación estandarizada, centrada en la información sensorial, en el aprendizaje y en el logro personal, ha condicionado una desatención histórica de la esfera emocional, y de las emociones autodestructivas que se hacen fuertes en el corazón cuando se baja la guardia.
Esa desatención, hace posible que todo tipo de agregados emocionales “parásitos” se hagan fuertes en corazón, limitando la capacidad individual para ver el sol.
Por fortuna, nunca es tarde para mirar hacia dentro y para hacer limpieza, optimizando así el acceso a la sabiduría que emerge del corazón.
Frente a la exhaustiva labor de muchos por sembrar el odio entre individuos y naciones, surge con más fuerza cada día un contra movimiento integrado por individuos que se niegan a dejarse invadir por el odio y por la ira que alimentan la violencia y la destrucción.
La esfera emocional permite experimentar vínculos afectivos con todo y todos como si toda la naturaleza, seres humanos incluidos, fuera un solo organismo que late con un solo corazón. La experiencia de unidad es una experiencia cumbre a la que solo acceden los “limpios de corazón”, es decir, potencialmente todos aquellos que reconocen la importancia de una buena “higiene” emocional diaria, y no bajan la guardia.
La guerra contra los agregados emocionales que tratan de apoderarse del corazón, de la conducta y de la mente para bloquear el acceso a la sabiduría, es la única guerra que merece la pena ser luchada, y representa la esencia del verdadero viaje del héroe.
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12 Comments
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Jaime Rubio
Muchas gracias Carmen.Como siempre genial !!.
Carmen Ochoa
Gracias por tus palabras, Jaime.
Tomás Woodhall
Que interesante…
¡Muchísimas gracias!
Carmen Ochoa
Muchas gracias, Tomás.
Belén
Que información tan importante. Muchas gracias por seguir compartiendo cosas tan interesantes
Carmen Ochoa
Gracias a ti, Belén, por interesarte por ellas. Un saludo
Ana Barrutia
Me ha encantado : explicas en muy pocas palabras algo tan importante en nuestra vida…..
Muchas gracias
Carmen Ochoa
Sin duda, Ana. Es esencial para nuestra vida. Muchas gracias
Katia
Muchas gracias Carmen, que importante es tener acceso a esta información sobre cómo funciona el corazón y la higiene emocional diaria, y no bajar la guardia.
Y también la clave de estar conectado al corazón y que el amor del corazón es un estado de conciencia inteligente y tenerlo muy presente .
Carmen Ochoa
Gracias por tus palabras y tu reflexión, Katia.
alvaro rubio pla
Conocer las prestaciones del corazón y unas herramientas para mantener la esfera emocional en condiciones optimas, es una información vital. Muchas gracias Carmen.
Carmen Ochoa
Muchas gracias a ti, Alvaro.
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